martes, 4 de octubre de 2011

Convento Santa Catalina - Horno de barro

Desde la puerta de entrada es la sensación de viajar en el tiempo. cada uno de los conventos y monasterios de la zona hacen las veces de umbral al pasado. Basta con caminar por los pasillos y respirar el aire rancio de siglos que aun emana de los muros, un olor que solo puede salir de paredes que han absorvido el halo de los que pasaron por ahi alguna vez. es fácil imaginar a las cocineras en su labor haciendo el ademán de recibirte al pasar por el umbral.








Convento San Francisco




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